La concejal Diana Diago habló con Suba Alternativa ratificando su denuncia a la Alcaldía de Bogotá, sobre la compra de 105 ambulancias que en realidad son furgones de carga. La Procuraduría ya abrió indagación al secretario de Salud Alejandro Gómez.
En entrevista con la Emisora Suba Alternativa, la concejal del Centro Democrático, Diana Diago explicó las presuntas irregularidades en la compra de 105 furgones por más de 36 mil millones de pesos en 2021, por parte de la Secretaría de Salud de Bogotá. Estos vehículos fueron adaptados para ser ambulancias, sin tener las características requeridas.
“El Icontec ha expedido unas normas técnicas y la última expedición de la norma fue en el año 2020 y le proceso de compra de ambulancias por parte de la actual administración se hizo en el año 2021, apoyándose en una norma totalmente desactualizada y aparte encontramos muchas irregularidades alrededor de este proceso”.
Según Diago, la Secretaría de Salud anunció en 2020 una renovación en la flota de ambulancias “y como que Bogotá no aprende porque si ustedes lo recuerdan hace unos años hubo irregularidades con ambulancias durante ‘el carrusel de la contratación’”.
La empresa contratada entró al negocio según el cabildante “por consecuencia de la pandemia e iniciando la guerra en Ucrania, cuando se presenta una escasez de vehículos enorme. El estudio previo de la renovación de la flota de ambulancias en Bogotá se basó se basó en una norma antigua, ya que la última actualización que se debió considerar es de 2019”.
Alfa Ambulancias tiene sede en el municipio de Gachancipá: “Una vez se inicia la compra, grandes casas automotrices le dicen a la Secretaría de Salud que no tienen vehículos por todo lo que se estaba viviendo. Entonces aparece un ‘buen samaritano’ llamado Alfa Ambulancias afirmando que tenía los 150 vehículos que requiere la Secretaría de Salud, acuerdo que después incumple porque hasta hoy solo ha entregado 105 ambulancias”.
Con la denuncia de la líder de oposición todo cambió: “dejaron de recibir el resto porque no las tenían o simplemente en el mercado no las hay. Las tripulaciones, enfermeros y paramédicos, comienzan a quejarse. Yo me reuní con varios paramédicos del CRUE y empezamos a revisar. Resulta que como son camiones de carga su suspensión no está apta para velocidad porque no es lo mismo llevar cuarenta bultos de papa que llevar a un paciente”.
En cuanto a los riegos, Diago explica: “Al tomar altas velocidades tienen alto riego de volcamiento. Tampoco cumple la norma técnica que ordena que las cabinas del conductor y la tripulación deben estar separadas pero comunicadas. Los paramédicos me contaron que han tenido varios accidentes poniendo en riesgo la vida de los pacientes y de los equipos médicos.
Las pérdidas y sobrecostos irían por cuenta de combustible y vida útil: “Al no ser vehículos con capacidad eléctrica para ambulancia (equipos y sirena), las dos baterías se están fundiendo cada seis meses. Los conductores dicen que es mejor no apagarlos y dejarlas prendidos, porque después les toca empujar.
Eso fue lo compró la Secretaría de Salud por más de 36 mil millones de pesos, algo gravísimo en temas de contratación estatal. Yo hice la denuncia el 10 de diciembre del año pasado en un debate de control político en el Concejo de Bogotá e hice todo el trabajo para que esto llegara a odios de los entes de control. Ayer la Procuraduría inicio indagación previa al secretario de Salud”.